Ingenieros del MIT han creado una nueva película de polímero que puede generar electricidad recurriendo a una fuente omnipresente: vapor de agua.
El nuevo material cambia su forma después de absorber pequeñas cantidades de agua que se evapora, lo que le permite enrollarse varias veces hacia arriba y abajo. El aprovechamiento de este movimiento continuo puede impulsar extremidades robóticas o generar suficiente electricidad para alimentar micro-dispositivos de la nanoelectrónica, como los sensores ambientales.
Con un sensor alimentado por una batería, se tiene que reemplazar periódicamente. Si se tiene este dispositivo, se puede cosechar la energía del ambiente para que no se tenga que reemplazar con mucha frecuencia.
La nueva película está hecha de una red entrelazada de dos polímeros diferentes. Uno de los polímeros, polipirrol, forma una matriz dura, pero flexible, que proporciona soporte estructural. El otro polímero, poliol-borato, es un gel blando que se hincha cuando absorbe agua.
La energía mecánica generada por el material también puede ser convertida en electricidad mediante el acoplamiento de la película de polímero con un material piezoeléctrico, que convierte la tensión mecánica a una carga eléctrica. Este sistema puede generar una potencia media de 5,6 nanovatios, que puede ser almacenada en los condensadores de potencia a los dispositivos microelectrónicos de ultra-baja potencia, tales como sensores de temperatura y humedad.
A menor escala, la película podría alimentar sistemas microelectromecánicos (MEMS), como sensores ambientales o dispositivos aún más pequeños, tales como la nanoelectrónica. Los investigadores ahora están trabajando para mejorar la eficiencia de la conversión de energía mecánica en energía eléctrica, lo que podría permitir a las películas pequeñas para alimentar dispositivos más grandes.